Maldito Charles Baudelaire!

Maldito Charles Baudelaire!
“Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.” En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte”. Gabriel.G Márquez

Características de la poesía romántica

  1. Predominio del sentimiento sobre la razón.
  2. Libre expresión del alma del escritor y de sus sentimientos y de sus gustos.
  3. Evocación del paisajes que el poeta suele animar asociándolos a sus sentimientos.
  4. Presencia del pasado histórico, de los recuerdos nacionales patrióticos.
  5. Libertad en los géneros poéticos.
  6. Lenguaje personal y atrevido.
  7. Empleo de una versificación más flexible, opulenta y melodiosa.
   Los románticos encontraban en la poesía lírica el medio para expresar su necesidad de desbordamiento intimo y de proporcionar una forma artística y duradera a sus aspiraciones, sueños y emociones.
Es una poesía melancólica y triste. La esencial característica es la melancolía que es signo de inteligencia y de penetración sociológica y moral.
La tristeza se debe a  razones personales del poeta , a las experiencias de su vida, a sus amores decepcionados, y otras veces, a las desgracias de su patria o incluso la infelicidad de la propia condición humana. 

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